Cómo administrar tu dinero cuando consigues tu primer empleo
Luego de vivir toda una vida siendo mantenido por tus padres o tutores, es muy difícil adaptarse al “mundo real”, pero tarde o temprano a todos nos toca hacerlo. Encontrar tu primer empleo es parte de ello, y aunque es un primer logro, con esto vienen también muchas equivocaciones. Es por esto que hemos preparado para ti una serie de consejos que te ayudarán a prevenirlo. Y si bien nadie aprende de experiencia ajena, te serán de mucha ayuda si los aplicas a tiempo. ¡Toma nota!
Ahorra todo lo que puedas. El dinero que fácil viene, fácil se va. Cuando trabajas duro, es casi una locura despilfarrarlo como si no hubiese costado conseguirlo. Para evitar cometer imprudencias, desde el primer mes puedes planificar un presupuesto en el que separes parte de tu sueldo para ahorrarlo. ¿Con qué fin? Si aún no lo sabes, lo determinarás más adelante, pero es imprescindible que lo hagas desde tu primer cheque para crear el hábito.
Deja los gustos para las ocasiones especiales. Sí, apenas giren y recibas el primer pago tu vida cambiará. Sentirás que eres el dueño del mundo y que tienes toda la libertad de gastar tu dinero como mejor prefieras. Y lo peor de todo es que es cierto: tienes la potestad de hacerlo. No obstante, está en tus manos decidir si empezar con el pie derecho o no. Podrás darte gustos siempre que estés consciente de que es un buen momento y que realmente lo necesitas y mereces. De resto, enfócate primero en tus responsabilidades.
Pon a raya tu tarjeta de crédito. Si el banco te ofrece una tarjeta de crédito (que es lo más probable al ingresar en una nómina), sé cuidadoso con el uso que le des. Es recomendable utilizarla regularmente para que el límite vaya aumentando, sin embargo, ten cuidado de no saltarte las fechas de pago. Una vez que te retrases, iniciarás una mala reputación crediticia y te aseguramos que lo lamentarás al necesitar un historial digno de recomendación para un crédito o préstamo personal más adelante.
Planifica tu retiro. Lo verás como algo extremadamente pronto, pero nunca como una mala idea. Si haces un plan de vida de quince o veinte años, podrías prevenir varios obstáculos en el camino. El ahorro forma parte de esto, pues en unos años querrás mejorar drásticamente tu calidad de vida y si no cuentas con fondos para lograrlo, será cada vez más y más difícil. En tus veinte puede no preocuparte mucho, pero unas décadas después te pesará no haber sido más precavido.
Piensa en emprender. La mayoría de los jóvenes sueña con tener su propio negocio, pero no todos cumplen esa meta por no estar enfocados en alcanzarla. Al ser tu primer empleo, tienes toda la vida por delante para saber qué quieres hacer con ella, pero el tiempo igual corre. Es por esto que mientras antes lo decidas, mejor. Puedes inspirarte en muchas personas que hayan tenido éxito, pero solo tú encontrarás cuál puede ser esa idea que le dé un giro a tu vida.
Sabemos que no es tan fácil como suena, pero te aseguramos que si eres disciplinado con esto, te irá mejor. Muchos jóvenes se equivocan al iniciar en el campo laboral, y es válido y de lo más normal, pero hubieran sin duda preferido que alguien les aconsejara cómo no hacerlo antes de tiempo. Sé lo más precavido que puedas para no fallar tan seguido, tu yo del futuro te lo agradecerá.
Andreina Gutiérrez Romero